jueves 31 de enero de 2008

Cosas que hacen que la vida valga la pena

Buen título para una película floja,que tomo prestado para este post.
Mis amigos de Lugo, Pablo y Mari Cruz, han tenido un niño. Laura, que tiene derecho a mirar con desconfianza al recién llegado, descubrirá la suerte inmensa de tener un hermano, que es como tener en casa tu mejor amigo. Sé la ilusión y el amor con el que sus padres esperaban a Arturo, que llega a una familia larga y feliz, de abuelos, tíos y primos que empezaron a quererle desde que supieron de su futura llegada.
Pablo, Mari Cruz, Laurita y todos los demás han esperado nueve meses. Mi amiga A. lleva esperando mucho más la venida de su hijo desde el otro lado del mundo. Supongo que ahora que el momento se acerca los días y las horas se hacen más largos para ella y para quienes la queremos... y hemos comenzado también a querer a su niño, que es guapo y moreno, y nos ha mirado tantas veces desde las fotos tomadas en el orfanato donde, ironías de la vida, aguarda la llegada de su madre.
Cuando pienso en Arturo, cuando pienso en el hijo de Ana, pienso también en que hay demasiados niños a los que nadie quiere, cuando el mundo está lleno de gente quese muere de ganas de dar a un niño el afecto que el destino le ha negado. En un momento en el que la sociedad habla de abortos - legales o no - ¿no sería justo abrir también un debate serio en torno a la adopción? ¿al derecho de un niño a no volver a ver en su vida a un padre que lo ha maltratado? ¿a la obligación de dar una segunda oportunidad a un niño al que sus padres no quieren, porque no pueden o porque no saben?
Hoy ha aparecido un bebé recién nacido en un contenedor. El otro día, una niña fue abandonada en un portal. ¿Se dio a esos padres - me cuesta llamarles así - la información necesaria sobre las muchas opcionesque ofrecen los servicios sociales para hacerse cargo de los niños que nadie quiere? ¿No deberían los servicios sociales hacer una política preventiva con determinados colectivos para explicarles que un niño no deseado puede ser dado en adopción con todas las garantías para el bebé y para la madre? ¿Por qué nadie habla de eso, pero todo el mundo se lleva las manos a la cabeza cuando aparece un recién nacido en una bolsa de basura?
Arturo ya está en casa, y dentro de poco P. estará en la suya. Y esas son las cosas que ahora importan.

lunes 28 de enero de 2008

Una de Cal...

Hoy tenía pensado escribir sobre otras cosas. Quería contar una historia abracadabrante de la que me he enterado, y también hablar siquiera brevemente de mi fugaz viaje a Elda para visitar el Museo del Calzado. Allí coincidí con Lourdes Ventura, Luis Alberto de Cuenca y su mujer, Alicia, que acaba de llegar de Sudáfrica y durante el trayecto en tren nos hablaba del cielo africano, y los espacios inmensos de la sabana. Luis Alberto y yo descubrimos mutuamente nuestra pasión por Borges, y nos pasamos la mitad de la noche poniendo a prueba nuestra memoria y la del otro recitando textos y poemas.
Pero no voya hablar de Borges, ni de África, ni de la estancia idílica de Lourdes Ventura en la mansión familiar de Marguerite Yourcenar. Hoy, los diarios cuentan que la ínclita consellería de Cultura y Deportes, comandada por la no menos ínclita Ánxela Bugallo, no considera deportista de élite al piraguísta gallego David Cal, único paisano que posee medallas olímpicas (dos, una de oro y otra de bronce) en categoría individual.
Cuando fui finalista del Planeta, expresé mi sorpresa - infeliz de mí - por no haber recibido un telegrama de la conselleira de cultura de la Xunta felicitándome. Cuando, este verano, supe que tampoco había felicitado a David Cal por sus últimos éxitos deportivos - cuando el chico tiene mucho más mérito que yo - me di cuenta de que no se pueden pedir peras al olmo. La actitud de la señora Bugallo tiene dos explicaciones: una, que es bastante maleducadita. Dos, que sólo pasa la mano por el lomo a la gente de su cuerda, entre las que no me encuentro, y creo que tampoco David Cal, que pasa su tiempo entrenando y no haciendo política.
Por mí, La señora - o señorita - Bugallo puede quedarse con sus telegramas y sus plácemes, que dicen más de ella que de quien no los recibe. Pero la jugarreta que ella y los suyos han perpetrado contra David Cal no esde recibo. Amparándose en no sé que historias administrativas de plazos y mandangas varias, la consellería del ramo (en manos del BNG) ha denegado a Cal las ayudas oficiales de las que este señor depende para entrenar de cara a los Juegos de Pekín.
Que David Cal es un deportista de élite está fuerade toda duda. Que ha llegado a lo más alto en un deporte durísimo y sacrificado como el piragüismo, también. Que alguien hable de inscripciones, matrículas y astracanadas para justificar su exclusión en una lista de becados parece una monumental tomadura de pelo.
David las está pasando canutas para entrenarse. Habla ya de trasladarse a Portugal para continuar allí su preparación, en vista del éxito obtenido con los chicos de la Xunta. Digamos, para vergüenza de todos los que pagamos impuestos en Galicia, que ha obtenido más facilidades del principado de Asturias que de la Xunta de Touriño y sus socios nacionalistas.
Me pregunto cómo se le daría la cosa a David Cal si en vez de emplear su tiempo en ponerse a punto fuese uno de los destacados abaixofirmantes, si se hubiese manifestado contra el Gobierno de Fraga, si se hubiese apuntado al club de pancarteros del Nunca Máis. A lo mejor Bugallo y los suyos recordaban los servicios prestados a la causa, y cuidaban un poquito más de sus bíceps y sus abductores.
No sé, ni me importa, a qué partido vota David Cal. Tampoco cuáles son sus opciones políticas, ni sus simpatías particulares. No sé si se sabe el himno gallego, ni si se le ponen los pelos como escarpias ve ondear la bandera azul y blanca. Pero sí sé que es un grandísimo deportista cuya valía sólo un indocumentado puede poder en duda. Señora Bugallo, quédese con los telegramas, las palmadas en la espalda y los abrazos protocolarios, pero si tiene usted dos dedos de frente, arregle lo de este chico. Si eso le hace sentirse más tranquila, sé de buena tinta que mientras le da a la pala, tararea con bastante acierto las primeras estrofas de la Rianxeira.

viernes 25 de enero de 2008

Otra vez la pasta

Hablaba de dinero el otro día. Mañana volveré a hablar de idiomas, pero hoy toca de nuevo el vil metal, porque acabo de ver en la red dos noticias hasta cierto punto paralelas:
1- un conductor reclama 20000 euros a los padres de un ciclista al que atropelló y mató por los daños que el accidente causó en su vehículo. Señalemos, de paso, que el conductor circulaba a 176 kilómetros por hora y que excedía el límite legal de alcohol en sangre.
2- El ministerio fiscal pagará 120000 euros a Dolores Vázquez, que pasó diecisiete meses en prisión por un delito que había cometido otra persona y del que siempre se declaró inocente.

En el caso del conductor asesino, uno se pregunta de qué está hecho por dentro un hombre que, después de matar a una persona, intenta sacar tajada. Y también cómo funciona un sistema que admite a trámite una reclamación judicial que choca contra cualquier sentido de la ética . Ese tipo es un monstruo con el que no quisiera yo ni cruzarme por la calle, por si las moscas. Pero si un juez le deja salirse con la suya, si de verdad esos padres van a tener que compensarle por los daños sufridos, entonces es para pensar - una vez más- en manos de quien estamos.
El caso de Dolores Vázquez es más complicado. ¿Cuánto vale casi un año u medio de cárcel? ¿Cuánto valen 17 meses perdidos en la vida de una persona? ¿Cuánto vale el alejamiento del trabajo, de los amigos, dela famlia, de la sociedad? ¿Cuánto vale el arrastrar de por vida un sambenito de supuesta culpable, pues bien cierta es la frase de "calumnia, que algo queda"? ¿Cuánto vale el haber sido perseguida y juzgada por los mediosde comunicación? ¿Cuánto vale el que la vida privada de una persona haya sido desnudada y expuesta ante un país entero? ¿Cuánto vale el que la intimidad sexual de una mujer sea aireada y comentada a los cuatro vientos? ¿Cuánto vale haber sido oficialmente una asesina durante diecisiete meses? No sé echar esas cuentas. Supongo que nadie sabe. Pero, sea como sea, una situación como la vivida por esa mujer no se solventa con veinte millones de pesetas.

martes 22 de enero de 2008

Quintana, el bilingüismo y otras cosas

Un amigo mío me dijo el otro día que si quiero llenar mi blog de visitas - y a veces de imprecaciones - no tengo más que tocar el problema lingüístico, pero yo he decidido no hacerlo hasta que el problema lingüístico me toque a mí. El momento ha llegado después de que Anxo Quintana - vicepresidente de la Xunta, cargo que alcanzó al frente de una formación que no llega al 17% de los votos -presentase en Lugo la candidatura de su partido en las próximas elecciones generales y se refiriese a la supuesta "histeria xenófoba" de Rajoy con el gallego. Vamos a ver: hasta donde yo sé, Mariano Rajoy se ha limitado a asegurar que, cuando llegue al gobierno, asegurará el derecho a estudiar en castellano de todos los escolares que así lo quieran. A lo mejor Quintana tiene otra percepción de las cosas, pero yo ahí no veo xenofobia ni histeria ni, desde luego, ataques al idioma gallego como tal. Lo que pasa es que a Quintana - que tuvo el cuajo de declararse públicamente heredero de Castelao - le gustaría que Galicia fuese Galleguilandia, y estuviese poblada por niños lobotomizados incapaces de hablar otro idioma que el que él - con todo derecho - prefiere.
Voy a contar una anécdota completamente verídica: el otro día, por razones que no vienen al caso, tuve ocasión de ver unos textos en castellano escritos por niños de la ESO de un instituto gallego. El festival de faltas de ortografía, palabras inventadas, sintaxis demencial y problemas de expresión era tan´evidente qué, tímidamente, comenté a su profesor que me sorprendía el nivel tan bajo que tenían los chicos en expresión escrita. "Es que casi todaslas clases se dan en gallego, y como en las casas es el idioma que hablan, pues les cuesta un poco". Espero que a ninguno de los padres de esas criaturitas lo destinen mañana a Santander, y el chaval tenga que hacer exámenes en castellano todos los días, porque va a incrementar las listas de fracaso escolar en un abrir y cerrar de ojos. O que el muchacho, o la muchacha,no pretenda estudiar una carrera de las muchas que todavía no hay en Galicia, porque le espera un futuro muy negro para entenderse en una facultad donde se impartirán lecciones en un idioma que conoce sólo malamente y, desde luego, no para satisfacer unos mínimos imprescindibles.
Hace un par de años, un productor de televisión me enseñó unos currículums acompañados de cartas que venían de Cataluña. Eran jóvenes licenciados que le pedían trabajo. Lamayoría de ellos empleaban un castellano pobre, infestado de catalanismos y de errores sintácticos. El productor en cuestión me dijo que ninguno de esos chicos tenía la mínima opción detrabajar en su empresa: "Yo no estoy aquí para enseñar a escribir a nadie. Y estos tienen el nivel de castellano de un chaval de doce años". Qué bonito y qué bien.
Y ahora, que venga Quintana a señalar con el dedo la histeria ajena. Sé que don Anxo es un tipo templado. Pero la política lingüística que defiende es como para que las personas con más de dos dedosde frente empiecen - empecemos - a ponernos nerviosas.

Dinero

Lo cantaba Serrat: dinero, dinero, dinero / dinero, vil metal /mensajes de amor / de curso legal.
Ahora que la bolsa se pega el batacazo,recuerdo la canción del noi y pienso en esa frase tan manida que dice que el dinero no da la felicidad. Es cierto, pero la falta de dinero también puedeser un obstáculo para ser dichoso. Cuando era pequeña me encantaba el cuento de la camisa del hombre feliz: un sultán muy enfermo mandó llamar al mejor médico del reino, que le dijo que para curarse necesitaba ponerse la camisa de un hombre feliz. Los soldados del sultán recorrieron la ciudad, y luego los arrabales, y luego las aldeas y los pueblos vecinos, pero no fueron capaces de encontrar a un hombre que se reconociese como feliz. Hasta que dieron con un joven pastor de cabras, que confesó que no quería de la vida más de lo que tenía, y que sí, se consideraba extremadamente feliz. El único problema es que el joven, que era muy pobre, iba siempre desnudo decintura para arriba. Así que los soldados volvieron a palacio y dijeron al sultán, majestad, hemos fracasado: los hombresque llevan camisa no son felices, y el que es feliz no lleva camisa.
La historia, sacada de las mil y una noches, es una hermosa fábula que no se sostiene en el siglo XXI. Se nos ha educado para querer cosas, y las cosas con también un símbolo del éxito obtenido, del status alcanzado en el trabajo y en la vida. Si, es cierto que de vez en cuando aparece en la tele un anacoreta que vive retirado en las Alpujarras, vestido con un taparrabos y unas alpargatas, y parece tan contento, o tenemos noticia de un tipo que vive en una cabaña al borde del Océano ïndico, viviendo de lo que pesca y de lo que cultiva en un pequeño huerto, y que sedeclara completo y pleno, "ni envidiado ni envidioso". Huelga decir que a hombres como esos los catalogamos enseguida como chiflados sin solución.
He perdido algo de dinero con el trastazo de la bolsa: poco, porque tengo poco. Los que han perdido mucho es que tenían más que yo, y más que el hombre que no tiene nada, porque no llega a fin de mes. Así que hoy es más feliz el pobre que hace números para pagar la hipoteca que el millonario encabronado porque el estallido bursátil se ha llevado por delante una parte desu pecunio. La vida es rara.
En estos días se ha hablado mucho de dinero,y lo que te rondaré, morena.La bajada de Pizarro a la arena política ha desatado los comentarios retrógrados de aquellos que relacionan la bonanza económica personal con la idoneidad para desempeñar un cargo público, lo cual es tan absurdo y tan falto de lógica como decir que un comunista no puede tener un chalet en la playa. Mientras el dinero para comprarlo lo haya ganado con el sudor de su frente, cualquiera - comunista o no- puede tener un chalet, un merdedes o una embarcación de recreo.
Caldera dijo el otro día que cualquier trabajador necesitaría mil setecientos años para ganar lo que ganó Pizarro el año pasado. Y yo me pregunto ¿ qué quiere decir eso? ¿Es Pizarro peor persona que yo, porque él es rico y yo no lo soy?
Hagámonos otra pregunta que me parece más interesante: cuánto ganarían algunos políticos si no trabajasen en política sino en un empresa privada. Por ejemplo, el señor Caldera. O mi paisano Blanco, con su impecable currículum académico. Todo lo que sabemos de Pizarro es que en política va a ganar mucho menos de lo que ha ganado hasta ahora, lo cual lleva a pensar que le interesa la cosa pública mucho más que a otros que han convertido su cargo en el pan de sus hijos.
Pero claro, es más sencillo decir que un rico tiene que ser un sinvergüenza, o que un comunista con coche es un hipócrita.

lunes 21 de enero de 2008

Vida sana

O eso es lo que me digo para animarme: Marta, tienes edad de hacer vida sana. Eso significa comer equilibradamente, moderar el consumo de alcohol y hacer más ejercicio. Por eso me he apuntado a un gimnasio. Hoy ha sido mi primer día, y vuelvo con una vagasensación de triunfo, tal vez porque pensaba que mi sesión de ejercicios iba a acabar con una llamada al SAMUR, y aguanté el tirón bastante bien. Eso sí, me duelen las piernas, los glúteos y empiezo a notar un misterioso cosquilleo en la parte interna de los brazos. A lo mejor estoy muy satisfecha, y mañana tengo que pedir ayuda hasta para atarme las zapatillas.
Lohablaba ayer con mi amiga Mamen: a partir de cierta edad (digamos los 35) tienes que elegir entre tener buena pinta o buena vida. Siempre pensé que, cuando tuviese que decidir, optaría por lo segundo: seguir comiendo lo que me da la gana y limitar el ejercicio físico a subir y bajar escaleras. Pero un día, ay, unase miraen el espejo y empieza a notar cosas fuera de su sitio, y a percibir síntomas indeseables en las piernas y los cuartos traseros. Y entonces se apunta a un gimnasio, hace cenas ligeras y se pide agua con gas en lugar de un gin tónic. Todo sea por llegar hecha un pincel a la residencia de la tercera edad.
Ya he terminado "Soria Moria". Me ha gustado mucho. Espido Freire ha vuelto a los temas de su primera novela, "Irlanda", pero después de un proceso de madurez que se nota en su escritura, en la forma de sostener a los personajes y en la propia estructura de la novela. La prosa, como toda la de la autora, es sensacional. En resumen, que os la recomiendo a todos. Ayer empecé "El castillo en el bosque", de Norman Mailer y, la verdad, no acabo de entrar en la historia. Echo de menos "La canción del verdugo" o "Los ejércitos de la noche", y caigo en la cuenta de lo injusto que es para un autor el que los lectores comparemossus libros. Cada novela debería ser una criatura única, distinta, llena de vida propia, independiente de las otras ramas del mismo árbol, de los hijos del mismo padre, de los otros libros del mismo autor. Démosle, pues, tiempo a "El castillo...", que Mailer lo merece.

jueves 17 de enero de 2008

Jueves

Como todos los jueves, desayuno con Martín Casariego. A Rafael Reig lo tenemos de baja con un ataque de gota. Ya se lo decía yo, que no se puede abusar del marisco. Reig está hecho unos zorros. Le propusimos pasar la reunión a su casa (siempre desayunamos en una cafetería impersonal de camareros más bien bordes) pero no quiere ni vernos: está a solas con su dolor y con su pie gotoso, y debe decirse que lo único que le falta es que entremos por allí Martín y yo, a fisgar en los libros que está leyendo, en las páginas que está escribiendo y en la gota que le está atormentando.
Por lo general, en los desayunos de los jueves leemos la prensa y comentamos las noticias. Que nadie se crea que hacemos análisis intelectuales ni nada parecido. Es verdad que a veces nos leemos los editoriales, incluso alguna crítica literaria del Cultural de El Mundo, pero otras veces nos fijamos en las fotos, en los anuncios o en las faltas de ortografía. Hoy nos reímos con ganas de una noticia en la que el presidente de la Xunta, Touriño, se queja de la injerencia de la Iglesia en temas de estado, y luego comenta lo poco que le gusta el nombramiento del sobrino de Rouco como obispo de Lugo. Pero vamos a ver ¿en qué quedamos? Luego hablamos del canon digital y de los pagos por el préstamo bibliotecario, y discutimos un poco. Es lo mejor, porque no hay cosa más aburrida que estar siempre de acuerdo con los amigos.
Hace días que aguardo como al agua de mayo la llegada de una buena noticia: mi amiga Ana, que ha adoptado a un niño nepalí, está esperando el permiso para viajar al país y traérselo a España. Va a hacer un año que conoció a quien ya es su hijo, en un orfanato de Katmandú, donde tuvo que dejarlo a la espera de que la inmisericorde burocracia completase el papeleo. Parece que la espera se acerca a su fin. Ana ha comprado unos pijamas y ha empapelado la habitación de su hijo, y si todo sale como esperamos, dentro de uno días volará al otro extremo del mundo para dar a un niño la mejor oportunidad de la vida: tener una madre y un futuro. Por ese orden.
Leo en la prensa que bernat Soria se queja de la mala calidad de los órganos que se donan, y me pregunto si el ministro sabe de la grave irresponsabilidad que suponen declaraciones como esas. Se ha conseguido que se incrementen las donaciones en hombres y mujeres mayores de cincuenta años, y esas perlas, salidas de la boquita del ministro del ramo, llevan a pensar a los cincuentones, "para qué voy a donar mis entresijos, si a lo mejor luego están hechos una pena y no sirven de nada".
Yo soy donante de todo. De´hígado, de pulmón, de corazón, de riñones, de córneas, de páncreas... creo que ahora también se puede aprovechar la piel. No entra en mis planes a corto plazo el pasar a mejor vida, pero si eso ocurre quiero pensar que no una parte de mi no va a desperdiciarse. Es una especie de consuelo previo: qué faena si me muero, y que bien les va a venir a otros que me muera.
Llevo más de setenta páginas de la novela, y no acabo de creerme tanta fecundidad. Con la página cien, más o menos, empezará también la etapa de las dudas y las inseguridades. Me conozco, y dudaré de los personajes, de la oprtunidad de la historia, de la consistencia de la narración, del interés de los que estoy contando. Ese es mi miedo y mi parálisis, y no el supuesto terror al folio en blanco. Pero aún no estoy en esa fase, y por eso avanzo rápido y estoy casi feliz.

miércoles 16 de enero de 2008

Sin sentido

A las tres del mediodía me llaman del programa de Sánchez Dragó para que participe como invitada en la grabación de ayer. Al menos tienen la deferencia de decirme las cosas como son:"nos ha dejado colgado un invitado, y Fernando se acordó de ti". No sé si es porque Sánchez Dragó piensa que me apunto a un bombardeo, o porque sabe de mi docilidad para determinadas cosas. El caso es que acepto, entre otras razones porque Dragó me cae bien, es un tipo cordial y, sobre todo, generoso con todo el mundo.
En Telemadrid me encuentro con Ángela Vallvey, que lleva un año de aúpa como tertuliana estrella de varios programas debates. Ángela es lista, tiene genio y un sentido del humor casi británico, además de una innata capacidad para la discusión. Con Dragó - y en directo - se enzarza en una discusión acerca de la conveniencia o no de ilegalizar las drogas. Yo, a su lado, escucho y aprendo. Luego hablamos de lo que más nos gusta: los libros. Frente a mí, Javier Rioyo, Alicia Mariño y Pedro Sorela, que me dio clase en la Facultad y me hizo leer - y por tanto descubrir - muchos autores de los que nada sabía, razón por la que le guardo eterna gratitud. Por eso y porque en una época de vacas flaquísimas me consiguió una beca para participar en un seminario sobre Borges que se impartía en la Casa de América. Me acuerdo siempre de aquella gestión, que le agradeceré de por vida.
Acabo de escuchar que Plácido Domingo se niega a estrenar la letra del Himno . No voya decir que me extrañe. Lo que me extraña es que el presunto Comité de Sabios, buceando entre tres mil presuntas letras, no hayan encontrado nada mejor que esos versos macarrónicos que parecen concebidos para participar en los juegos florales de Villatempujo de Arriba, o en la Semana Lírica del Colegio de las Mercedes. Unánimemente de acuerdo en que la letra del himno es un birria, pienso en el parado manchego que la compuso, y que ha pasado, en un abrir y cerrar de ojos, de héroe a tonto del bote. ¿Era necesario convertir a ese pobre hombre en un juguete roto? ¿Alguien ha calibrado el daño que se le va a hacer?
Pronostico lo que va a ocurrir ahora: el letrista amateur será paseado por televisiones y tertulias, sometido a preguntas impertinentes en el mejor de los casos, y a mofa y befa en todos los demás. Y luego, de vuelta a su pueblo, donde me temo que a partir de ahora arrastrará para siempre el aura indeseable del fracaso.
Mientras, el Himno sigue sin tener letra, y es mejor así. El siglo XXI no es buen tiempo para la lítica, o al menos para la lírica de los Himnos. La letra del Himno de un país debe ser retrógrada y decimonónica, exagerada y un puntito violenta, como la de la Marsellesa - bellísima- que arenga a las masas para que "la sangre impura riegue nuestros campos", o la no menos hermosa compuesta por Pondal en el Himno gallego, que califica de "ignorantes, imbéciles y oscuros" a los que no entienden el idioma y la idiosincrasia patria.
Ahora, un himno debe ser un canto cursilón a la paz y la concordia, pero no una invitación al degollamiento colectivo ni una sucesión de insultos a identidades ajenas. Por eso no tiene sentido ponerle letra al Himno, a no ser que desde el más allá John Lennon nos haga unas líneas. Él sí que sabía llamar a la paz y la unidad haciendo poesía pura. Mientras tanto, cantemos el chunda chunda, con Raúl mirando al cielo si Luis tiene a bien llamarlo la próxima vez.

domingo 13 de enero de 2008

Lo prometido...

Invito a abrir este archivo a quienes en posts pasados pidieron mi posición sobre el asunto de la Iglesia Católica.


La%20iglesia.doc

viernes 11 de enero de 2008

¿Solidaridad?

En espera de un post prometido, no me resisto a entrar brevemente para comentar una noticia que acabo de leer en elpais.es: el metro de Madrid rechaza a una aspirante a taquillera por haber padecido cáncer de mama, y así se lo hace saber a ella por medio de una carta que firma José Alcántara.
No tengo palabras para describir mi indignación, porque todo lo que se me viene a la cabeza son insultos hacia esa recua de indocumentados de sensibilidad similar a la de un alcornoque. Según esta caterva de cenutrios, es mejor no emplear a una persona que ha estado enferma, ya que puede recaer . Y claro, habría que darle una baja.
Entiendo que una persona con problemas cardíacos no pueda conducir un convoy, igual que no puede hacerlo un tuerto o un diabético que pueda tener un ataque de hipoglucemia. Pero no sé qué problemas puede causar a una empresa una taquillera a la que ha habido que amputar un pecho. ¿O es que el consorcio de Transportes sólo emplea a personas sanísimas? ¿Qué hace con los fumadores o con los obesos, ambos susceptibles de sufrir enfermedades graves? ¿Y con los portadores del VIH? ¿Y con los transplantados de corazón? ¿Y con los prostáticos? ¿Y con los asmáticos? ¿Qué hace con los gotosos, los psoriáticos, los dispépsicos, los estreñidos? ¿con los que padecen colon irritable, terrores nocturnos y episodios de frigidez y/o impotencia? ¿Los pone a todos en la calle? ¿O es que este tratamiento bochornoso se reserva a las mujeres ex enfermas de cáncer, gozando otros de mejor trato?
¿Ha pensado alguien cómo afecta este tipo de noticias a las mujeres que sufren cáncer? ¿Qué bofetón en suestado de ánimo supone en que no se las considere aptas para el trabajo? Luego vendrán a gastarse la pasta en cartelitos haciendo llamadas a la solidaridad y comprensión, pero cuándo hay que demostrar las cosas, el tal Alcántara manda una cartita y se queda tan ancho.
Espero que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto cuanto antes. Que el consejero de Transportes, Manuel Lamela - que, por cierto, antes ocupó la cartera de Sanidad - llame a capítulo a los responsables de semejante despropósito. Y que Esperanza Aguirre, que es mujer y debería entender mejor que nadie el drama de las enfermas de cáncer de mama, arme la de san Quintín y ponga las cosas en su sitio. De lo contrario, se merece la mayor de las pitadas la próxima vez que vuelva a salir con el lazo rosa en la solapa. Cómo diría el conde de Romanones, "joder, qué tropa"

miércoles 9 de enero de 2008

Malas noticias

Estaba preparando otro post. Un post sobre la iglesia que alguien me pidió y otro alguien dudó si quería escribir. Estaba preparando ese post cuando recibí la llamada de un amigo muy querido para contarme que su mujer tiene cáncer. Tiene cuarenta años, no es fumadora y no tiene antecedentes similares en su familia. Pero le ha tocado a ella. Hemos hablado durante mucho rato. Saben lo que viene ahora, y yo también. Y sé que de momento poco o nada puedo hacer por ellos.
Ahora toca esperar. Ella tiene miedo y él también. Piensan en la operación, en los efectos de la quimioterapia. Sus dos hijos son demasiado pequeños para enterarse de lo que está ocurriendo, pero el mayor, con esa intuición milagrosa que tiene los niños, abraza a su madre más que nunca.
Eso es lo único que podemos darle a alguien que está enfermo. Un abrazo largo y prolongado, que resuma el miedo, y la solidaridad y la angustia... y también la esperanza.
Estaba preparando otro post, pero de pronto todo se ha vuelto muy pequeño y muy mezquino. Dos de mis amigos se enfrentan al peor momento de sus vidas, y yo ni siquiera puedo ayudarles.

lunes 7 de enero de 2008

Rebajas de enero

Hoy fui a las rebajas. Es uno de mis deportes preferidos, aunque creo que hay algo obsceno en solazarse en la contemplación de precios cercenados salvajemente en menos de cuarenta y ocho horas.Ejemplo: unas botas que el sábado costaban 190 euroshoy podían conseguirse por 117, y me he comprado por doce euros una chaqueta de lana que costó 25 en otro tiempo. Por otro lado, no alcanzo a entender que una horda casi furiosa entre arrasándolo todo en un centro comercial. Supongo que semejante muestra de descontrol es más un detalle con las camaras de televisión que una sincera muestra de entusiasmo consumista. Por Fuencarral y Almirante, por donde di un paseo esta mañana, tranquilidad y compras moderadas, pero nada de disputas por una prenda ni de amenazas entre compradores.
Ayer hablaba con un taxista, que confesaba el desastre que parael gremio habían supuesto las últimas fiestas, e ilustraba la afirmación con un ejemplo: "Un conductor que suele hacer trescientos euros los sábados y vísperas de festivo, estas Navidades no ha llegado a los cien".
¿Será verdad eso de que se avecina una crisis de las buenas?
Leo ayer en el periódico una noticia que hace pensar: una joven autora británica se ha alzado con el más prestigioso premio de Novela Corta después de ser rechazada por una docena de agentes literarios. ¿Quién lo explica? ¿Cómo lo explica? Quizá la moraleja de esta historia no está en el mal ojo de las agentes que rechazaron a una autora con posibilidades de éxito, sino en el coraje y la fé en si misma que demostró la joven novelista. No sé, pero creo que doce rechazos me hubiesen bastado a mí para tirar la toalla. Ella no lo hizo y ahora, ante su puerta, hacen cola los mismos que antes le dieron con la suya en las narices.
Espido Freire me manda su "Soria Moria", una novela con la que ganó el Ateneo de Sevilla y de la que no he oído decir nada más que cosas buenas. Prometo hincarle el diente en cuanto acabe "Las benévolas". Espido es inteligente y lista, y valiente como ella sola: se las ha apañado para seguir escribiendo y mantener una empresa que da trabajo a tres personas. Cuando me lo contaba, le decía que en su situación yo no podría ni pegar ojo. Ella sí puede, y además sigue dando sus talleres de escritura - muy solicitados -, cumpliendo con sus compromisos en diferentes medios, y escribiendo ficción.

miércoles 2 de enero de 2008

Estrenando 2008

No es que me haya vuelto vaga. Es que estoy pasando unos días en casa de mi padre, y su servidor funciona bastante mal, lo cual me echa un poco para atrás a la hora de escribir.
Esta última semana ha sido una locura de comidas, cenas y otras hierbas, de modo que noto como cada poro de mi piel rezuma la grasa acumulada en estos días. Mi primer propósito para el año nuevo será el de hacer una cura depurativa. Hace años, Vargas Llosa me contó que, anuamente, se sometía durante una semana a un régimen de agua y lechuga. Yo no seré capaz de tanto, por supuesto, pero está bien que los maestros den ejemplo.
Estoy leyendo "Las benévolas", de Littell, aunque el ambiente en mi caa no es el más propicio para la lectura. La fascinación empieza a las pocas páginas, y sospecho que irá aumentando a medida que avance la historia. También he recibido como regalo "El castillo en el bosque", de Norman Mailer; "Las mujeres que escriben son peligrosas", de Bollman, y "El legado de la pérdida", de Kiran Desai.
Van llegando noticias desesperantes sobre los recuestrados por las FARC. Todo indica que las liberaciones no van a producirse. No puedo entrar en la vertiente política de este drama, pero no me quito de la cabeza la angustia de las familias. ¿Hay algo más cruel que el fracaso de una esperanza fundada? Ahora comienza el cruce de reproches, y mientras los políticos - Chávez se había llevado consigo incluso al inefable Oliver Stone, que parece querer especializarse en dar manteca a reyezuelos- se lanzan los trastos ala cabeza, hay una madre que llora por su hija y una hija que llora por su madre. Y el resto es literatura, como diría Verlaine.
¿Feliz 2008? Ya veremos