Cosas que hacen que la vida valga la pena
Mis amigos de Lugo, Pablo y Mari Cruz, han tenido un niño. Laura, que tiene derecho a mirar con desconfianza al recién llegado, descubrirá la suerte inmensa de tener un hermano, que es como tener en casa tu mejor amigo. Sé la ilusión y el amor con el que sus padres esperaban a Arturo, que llega a una familia larga y feliz, de abuelos, tíos y primos que empezaron a quererle desde que supieron de su futura llegada.
Pablo, Mari Cruz, Laurita y todos los demás han esperado nueve meses. Mi amiga A. lleva esperando mucho más la venida de su hijo desde el otro lado del mundo. Supongo que ahora que el momento se acerca los días y las horas se hacen más largos para ella y para quienes la queremos... y hemos comenzado también a querer a su niño, que es guapo y moreno, y nos ha mirado tantas veces desde las fotos tomadas en el orfanato donde, ironías de la vida, aguarda la llegada de su madre.
Cuando pienso en Arturo, cuando pienso en el hijo de Ana, pienso también en que hay demasiados niños a los que nadie quiere, cuando el mundo está lleno de gente quese muere de ganas de dar a un niño el afecto que el destino le ha negado. En un momento en el que la sociedad habla de abortos - legales o no - ¿no sería justo abrir también un debate serio en torno a la adopción? ¿al derecho de un niño a no volver a ver en su vida a un padre que lo ha maltratado? ¿a la obligación de dar una segunda oportunidad a un niño al que sus padres no quieren, porque no pueden o porque no saben?
Hoy ha aparecido un bebé recién nacido en un contenedor. El otro día, una niña fue abandonada en un portal. ¿Se dio a esos padres - me cuesta llamarles así - la información necesaria sobre las muchas opcionesque ofrecen los servicios sociales para hacerse cargo de los niños que nadie quiere? ¿No deberían los servicios sociales hacer una política preventiva con determinados colectivos para explicarles que un niño no deseado puede ser dado en adopción con todas las garantías para el bebé y para la madre? ¿Por qué nadie habla de eso, pero todo el mundo se lleva las manos a la cabeza cuando aparece un recién nacido en una bolsa de basura?
Arturo ya está en casa, y dentro de poco P. estará en la suya. Y esas son las cosas que ahora importan.