viernes 11 de enero de 2008

¿Solidaridad?

En espera de un post prometido, no me resisto a entrar brevemente para comentar una noticia que acabo de leer en elpais.es: el metro de Madrid rechaza a una aspirante a taquillera por haber padecido cáncer de mama, y así se lo hace saber a ella por medio de una carta que firma José Alcántara.
No tengo palabras para describir mi indignación, porque todo lo que se me viene a la cabeza son insultos hacia esa recua de indocumentados de sensibilidad similar a la de un alcornoque. Según esta caterva de cenutrios, es mejor no emplear a una persona que ha estado enferma, ya que puede recaer . Y claro, habría que darle una baja.
Entiendo que una persona con problemas cardíacos no pueda conducir un convoy, igual que no puede hacerlo un tuerto o un diabético que pueda tener un ataque de hipoglucemia. Pero no sé qué problemas puede causar a una empresa una taquillera a la que ha habido que amputar un pecho. ¿O es que el consorcio de Transportes sólo emplea a personas sanísimas? ¿Qué hace con los fumadores o con los obesos, ambos susceptibles de sufrir enfermedades graves? ¿Y con los portadores del VIH? ¿Y con los transplantados de corazón? ¿Y con los prostáticos? ¿Y con los asmáticos? ¿Qué hace con los gotosos, los psoriáticos, los dispépsicos, los estreñidos? ¿con los que padecen colon irritable, terrores nocturnos y episodios de frigidez y/o impotencia? ¿Los pone a todos en la calle? ¿O es que este tratamiento bochornoso se reserva a las mujeres ex enfermas de cáncer, gozando otros de mejor trato?
¿Ha pensado alguien cómo afecta este tipo de noticias a las mujeres que sufren cáncer? ¿Qué bofetón en suestado de ánimo supone en que no se las considere aptas para el trabajo? Luego vendrán a gastarse la pasta en cartelitos haciendo llamadas a la solidaridad y comprensión, pero cuándo hay que demostrar las cosas, el tal Alcántara manda una cartita y se queda tan ancho.
Espero que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto cuanto antes. Que el consejero de Transportes, Manuel Lamela - que, por cierto, antes ocupó la cartera de Sanidad - llame a capítulo a los responsables de semejante despropósito. Y que Esperanza Aguirre, que es mujer y debería entender mejor que nadie el drama de las enfermas de cáncer de mama, arme la de san Quintín y ponga las cosas en su sitio. De lo contrario, se merece la mayor de las pitadas la próxima vez que vuelva a salir con el lazo rosa en la solapa. Cómo diría el conde de Romanones, "joder, qué tropa"

5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Toda la razón.
Conociendo a Esperanza Aguirre, espero que ahora esté pidiendo explicaciones a los gilipollas que han tomado la decisión, y a los no menos gilipollas que la han tolerado.
Un beso a todas las mujeres, y a sus familias, que diariamente luchan contra la enfermedad y que, encima, tienen que aguantar cosas como esta.

11 de enero de 2008 17:52  
Blogger Carmen Fernández Etreros ha dicho...

La verdad es que es increíble e incomprensible. Me parece un problema de justicia. ¿Cómo pueden seguir estas actitudes? Se pregona la inserción laboral y luego siempre oyes casos de este tipo: la enferma de cáncer que es rechazada por el mundo laboral, la embarazada que tiene que dejar el puesto de trabajo, el trabajador mayor de 45 años que no encuentra quien le contrate, el que ha sufrido un infarto y le prejubilan,...

Yo en este tema llego más allá: ¿cómo conocían estos datos de la trabajadora? ¿Es exigible tener que dar tus datos médicos si no van a afectar a tu trabajo? ¿Y los seguros de las empresas que también solicitan estos datos médicos a enfermos de cáncer y cardiópatas?

¿Se presentaría alguien a un trabajo que no fuese capaz de desarrollar? Pues no.

Bueno este tema me pone de los nervios.

Buen post Marta.

Un besote,

12 de enero de 2008 9:15  
Blogger Álvaro Fernández Magdaleno ha dicho...

Escuché la notica en la radio y me quedé estupefacto, es sencillamente indignante.

12 de enero de 2008 21:46  
Blogger Lázaro ha dicho...

BUEN POST

sin duda es indignante. patético. y deplorable

pero... así es el mundo en el que vivimos

indignate, patético. deplorable

un gusto pasarme por un rincón escrito con gusto

mis saludos

13 de enero de 2008 16:53  
Anonymous Carmen ha dicho...

El señor José Alcantara supongo que vivirá solo o con una compañera como la de Piccoli en "Tamaño natural". Así nunca se enfrentará a ningún problema de salud que le obligue a firmar cualquier tipo de documento parecido a la carta enviada a esa demandante de empleo .
Recordaré toda mi vida un comentario de un conocido diciendo que su mujer con cáncer de mama, con expectativa de vida tres meses, estaba "podrida". El murió a los dos años de un cáncer de próstata, con los solícitos cuidados de ella…

14 de enero de 2008 8:25  

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