lunes 9 de junio de 2008

De Ferias

Lo del adsl nuevo va lento, pero seguro. De momento sigo conectada al teléfono y dependiendo de que nadie llame y me escoñe la conexión. En fin...

Estamos de Feria. El viernes estuve en la Feria del Libro de Orense presentando "La primera tarde después de Navidad", invitada por los libreros orensanos. Gente estupenda, cariñosa.Me tratan de maravilla y encima me dan las gracias. El libro lo presenta la escritora Stella Strada, a quien no conocía. Es un encanto, y pasamos un rato muy agradable.

Luego volví a Madrid, donde me esperaba el clásico: la Feria del Retiro. A pesar de que hace un tiempo de perros, los libreros dicen que las ventas son buenas. Firmo en dos casetas, y no se me da mal la cosa. Además, recibo visitas de amigos: Ana Mattern,cámara en ristre; Pedro de Paz, después de muchos post. Por cierto, presenta novela en septiembre. Estaremos al tanto. Prado Antúnez viene con toda su familia y me trae una botella de vino que ya me he bebido - buenísima,Pedro - , Ricardo Menéndez Salmón - su novela "Derrumbe", ya ha empezado a fascinar - y Rosa , que se queja de que aún no tiene tiempo para leer los libros que la esperan.

Coincido con Sánchez Dragó, que ha vuelto de California para ser testigo de la tarde sublime de José Tomás. Se emociona recordando la faena del de Galapagar, y no me dice que ha firmado en dos horas más de cien ejemplares. Eso me lo cuenta la librera. También veo a Montero Glez. Por favor, que nadie se pierda su "Pólvora Negra": alta literatura directa a la vena. De lo mejor que he leído este año.

Esta mañana presentamos "Historia secretade la Corporación", editada por Fernando Marías para 451 y en la que comparto cartel con josé Carlos Somoza, Loranzo Silva, constantino Bértolo, EliaBarcelo, chavi Azpeitia y Vicente Luis Mora. Ya sé que no está bien recomendar un libro del que soy coautora... pero es que es un texto muy especial. Os sugiero leerlo después de "Esta noche moriré", de Fernando Marías, una novela negra de las que hacen afición.

Hace una semana cumplí los treinta y ocho. Sólo me quedan dos para los cuarenta.

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jueves 17 de abril de 2008

Las palabras y quienes las escuchan

Me reprochan que tenga este blog desatendido, pero es verdad sólo a medias: he pasado fuera toda la semana,y sólo ahora llego a casa y puedo escribir.

Han sido días de viajes y encuentros con lectores. Nada hay más satisfactorio para un escritor. Inicio el viaje en Zaragoza, de la mano generosa y lúcida de Ramón Acín, que trabaja codo a codo con el Gobierno de Aragón para fomentar la lectura entre los jóvenes. Quince años lleva trabajando hasta la extenuación en un proyecto maestro en el que participan ya doscientos institutos, todos de medios rurales. Me encuentro con alumnos de Barbastro, de Alcolea, de Caspe. En Alcolea y Barbastro, chicos tímidos, correctos, atentos, a quienes cuesta un poco iniciar el turno de preguntas, pero acaban participando con un interés que me conmueve. Y en Caspe, el apoteosis: un salón de actos con más de cien adolescentes que durante más de una hora me bombardeancon suspreguntas inteligentes, precisas, las preguntas de un lector atento, de una persona curiosa. Sus profesores han trabajado con ellos sobre dos libros míos, y ellos han preparado una presentación tierna, un power point y hasta una colección de marcapáginas alusivos a mi visita. Me siento como una estrella. He firmado casi cien libros. Caspe es un pueblo de ocho mil habitantes. Es un porcentaje optimista y halagüeño, que invita a soñar con un futuro de lectores que hagan de la lectura una parte de la rutina.

El programa de fomento de la lectura del Gobierno de Aragón está consiguiendo resultados espectaculares con un presupuesto razonable, alejado de las bochornosas cantidades que emplea el ministerio de culturaen las campañas televisivas - e inanes - del "vive leyendo" "si tú lees, ellos leen" y demás zarandajas. Esto no es metáfora ni prosopopeya: son varios cientos de profesores implicados en el asunto, y miles de chavales leyendo, comprando libros, formando en sus casas modestas bibliotecas que quedan al alcance de la madre, o de la prima, o del vecino.
Por la noche, llamo a Fernando Marías y le comento la jornada: "Fernando, con media docena de tipos como Ramón Acín arreglábamos el desastre". Fernando me da la razón, pero dice que primero habría que encontrar a esos tipos. Y luego, añado yo, desasnar a los políticos del ramo para que se sienten a escuchar, echen cuentas y dejen hacer a los que saben.

Recién llegada de Caspe me voy a Burgos a pronunciar una conferencia invitada por la Caja de Ahorros de la ciudad. La sede social, en la fastuosa casa del Cordón, es un perfecto ejemplo de rehabilitación respetuosa, de óptimo aprovechamiento de los recursos. Me escuchan cen personas, lo que no deja de sorprenderme: siempre me temo que mis charlas pueden estar vacías. Entre el público, los padres de Emma y los de Alberto, prolongando el feliz afecto que me une a sus hijos desde hace años. Al final me saluda un hombre que reconozco por la sonrisa en los ojos: es José Luis, que fue mi profesor de inglés en tercero de BUP. Regreso a Madrid en un taxi, entre una tormenta tenebrosa, agotada y feliz por los encuentros inesperados.

Hoy me llama Ana, mi editora. La tercera edición de "El inventor de historias" está ya sobre su mesa. Tengo que aguantarme las ganas de salir corriendo para ver con mis ojos la cubierta tatuada con el marchamo al uso: "tercera edición". No me lo esperaba, y ella tampoco.

Mañana, Llanes. Es lo que tiene el mes del libro: que uno tiene que conformarse con leer en los trenes, en los aviones, en las largas esperas, en las habitaciones de un hotel. Y, pensándolo bien, qué particular encanto tienen esas lecturas.

Para mis amigos de Madrid: el día 23 de abril estaré firmando libros en dos librerías madrileñas, y participaré con Raúl del Pozo y Montero Glez en una tertulia sobre Umbral. Daré todos los detalles el próximo lunes. ¡El San Jordi no se acaba en Barcelona!

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