jueves 8 de mayo de 2008

La semana prodigiosa

Y es que eso esta siendo: una semana de esas para recordar.
Ya conté mi jornada del lunes, llena de amigos y reencuentros. El martes se celebró la presentación de "La primera tarde después de Navidad" en Lugo, y ejerció de maestro de ceremonias Xabier Docampo. Yo no le conocía personalmente, aunque había leído hace años su deliciosa "Nube de neve". Xabier hace de la presentación una fiesta y un homenaje a la magia y a los cuentos de hadas. Como no voy a ser capaz de dar justa cuenta de sus hermosas palabras, aquí está el archivo al que podéis acceder para leerlas. Merece la pena
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Fue una suerte poder contar con Xabier y su generosa inteligencia. Todo el mundo lo pasó bien. Luego me fui un rato a ver a mi abuelo, que fue periodista y, de haberse decidido a ello, hubiese sido un espléndido autor de novelas. Está mayor, pero está. Se queja de que no le hago suficiente caso, y yo - que sé cómo es - le contesto que menos caso me hace él a mí. Le prometo que cenaremos juntos en mi próximo viaje a Lugo. Después me tomo una copa con Mara y Sonia.

Al día siguiente, muy temprano, ´Sergio me recoge para llevarme al Instituo "A Pinguela", en Monforte, donde voy a dar una charla a los alumnos. Me ha invitado su director, Enrique Sampil. Siempre es un placer conocer a profesores interesados en aportar a sus alumnos algo más que lo que viene en los prgramas de estudios. Sampil intenta, cada año, llevar a sus chicos a Madrid coincidiendo con la Feria del Libro. Así le conocí yo, en su paseo por el Retiro mientras yo estaba en una caseta, y así surgió mi compromiso de visitarles, justo cuando el centro cumple veinticinco años de vida. Los chicos se portan bien y están atentos a la charla.

A la salida, otro coche me espera para llevarme a Valladolid, donde Begoña Orellana - que gestiona admirablemente bien la Feria del Libro de la ciudad - ha organizado una mesa redonda patrocinada por Ámbito Cultural - El Corte Inglés.
Begoña es un encanto y un prodigio de eficacia: bajo su batuta, todo va como un reloj. Se preocupa de cada detalle y consigue que todo el mundo esté a gusto. Llego con el tiempo justo para comer con Fernando Marías, Silvia Pérez, Fernando Olmeda y la deslumbrante Marta Robles, que acaba de publicar "Diario de una cuarentona embarazada". Marta es un encanto, siempre está contenta... y guapa. Su paso por la calle resulta una verdadera conmoción: rubia, altísima, con hechuras de modelo, es imposible que pase desapercibida.
Con ella y con Fernando Olmeda participo en una mesa redonda sobre periodistas que son escritores. Creo que resulta bien: asisten más de cien personas que parecen divertirse, y si el debate no se alarga es porque la carpa que nos acoge tiene programado otro acto.

Volvemos a Madrid en el AVE. Llevo en mi bolso, para acabarla, una fantástica novela que ha publicado Lumen: "Viajando en Grupo", de Henry Green. Elegante, divertidísima, muy "british", "Viajando en grupo" es una de esas apuestas que uno agradece en las grandes editoriales. Henry Green es un autor de culto, fallecido hace ya treinta y cinco años, y autor de una obra extensa y muy poco conocida en España. De todas formas, la novela deberá esperar, porque dedicamos a la charla todo el viaje de vuelta. Al llegar a casa, Marcial me espera con el Madrid - Barça en la tele (todo un detalle: soy mucho más futbolera que él) y cantamos los goles mientras nos comemos una pizza y llueve fuera. Luego hablamos de París: mañana nos vamos a pasar allí tres días, y hacemos planes sobre las calles que vamos a pasear y los lugares que vamos a ver. Justo antes de quedarme dormida, le recuerdo la frase de Borges: "Las vísperas del viaje son una preciosa parte del viaje".

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